Finales NBA 2015: Un pulso a la historia

Las Finales NBA vivirán una serie inédita en la historia. Los Cavaliers buscarán ganar su primer anillo y los Warriors revalidar el logrado en 1975, único de la franquicia. Stephen Curry y LeBron James, ambos naturales de Akron (Ohio), pugnan en la cúspide por reinar en la NBA.

Los reyes de Akron

Nacieron en el mismo hospital, solo que con 4 años de diferencia. Tal vez sea en lo único que se parezcan. Eso, y en haber logrado el galardón de MVP de la temporada regular. Porque mientras LeBron James aprendía a sobrevivir junto a su madre, Steph creció en una familia acomodada y estructurada. Su padre, Dell Curry, les inculcó a sus dos hijos, Steph y el menor Seth, el amor al baloncesto. Su madre, su abuela, su hermana Sydel… Siempre estuvieron presentes cuando sus delicados tobillos de cristal amenazaron su carrera.

Ahora ambos jugadores conquistan los corazones del aficionado NBA y se enfrentarán en el duelo esperado. El Rey LeBron portando el escudo de su tierra. El aspirante Steph, desde la otra punta del país, la espada asesina en su muñeca.

Pero, ¿cómo llegan a las Finales tras las tres rondas de Playoff? Como podemos apreciar en el gráfico, tomado del artículo publicado en NBA.com por John Schumann, apreciamos los datos más interesantes del impacto en el juego de ambos, más allá de la fría estadística habitual. La usabilidad (Usg%), que representa la incidencia y productividad real del jugador en el juego del equipo, aporta el dato más abrumador.

Curry-y-LeBron-Stats

Mientras que Stephen Curry aparece con un 31.1% (por debajo de los 100 mejores de la historia en Playoff), LeBron James contribuye a Cleveland con un 36.4%. La undécima mejor marca de la historia. LeBron cataliza el ataque de los Cavaliers mostrándose en todas las facetas imaginables. Él acapara el balón convirtiéndose en un facilitador para sus compañeros, como también refleja que solo un 25.5% de sus canastas sean tras asistencia. Curry, en cambio, anota casi la mitad de sus tiros (49.3%) tras asistencia. Pese a que sea él quien lleve el timón, la disparidad de opciones ofensivas de los Warriors crea un caos controlado en el que la circulación de balón favorece a sus letales tiradores.

Curry, podríamos decir, ha destacado como un letal tirador; mientras LeBron ha asumido un papel de facilitador. Ambos llegan firmando los mejores Playoff de su carrera:

 

La sociedad que nunca fue: Kerr y Blatt

Cuando Steve Kerr se entrevistó en el aeropuerto de Oklahoma con Joe Lacob (propietario de los Warriors), Bob Meyers (GM) y el equipo directivo, les expuso una detallada presentación a la que llamó Por qué estoy preparado para ser entrenador. Su trabajo, que llevaba preparando más de un año, mientras ejercía de comentarista para TNT, incluía apartados inimaginables que dejaron pasmados a los afortunados asistentes. Pero si algo enamoró a Lacob, como publicamos en el artículo vinculado arriba, fue el staff técnico que Kerr pidió traer a los Warriors: su inseparable amigoAlvin Gentry (la próxima temporada entrenador de Pelicans), Ron Adams (eminencia defensiva) y David Blatt. De no ser por los Cavaliers, sería Blatt quien ocupase el puesto hoy tiene Luke Walton. El propio Kerr le animó a coger el trabajo en Cleveland. Era una oportunidad de oro para su amigo.

Un camino cruzado que, finalmente, discurrió en paralelo. Blatt no olvida la oportunidad que quien será su rival en estas Finales quiso ofrecerle. El técnico sabía que, con la vuelta de James, trabajaría bajo la máxima presión:

“Podéis seguir intentando meterme presión, pero os diré una cosa. He trabajado en un club, Maccabi Tel Aviv, donde perder un partido era una tragedia nacional. Estoy acostumbrado a ello, creedme”, reconocía Blatt en su primera rueda de prensa.

Lo cierto es que no todo han sido rosas. Blatt ha acariciado espinas y bailado en el alambre hasta buena parte de la temporada. Incluso David Griffin tuvo que salir a dar la cara para comunicar públicamente que su entrenador tenía su total confianza y no iba a moverse. Inmediatamente después, en enero, llegaron Mozgov, Shumpert y JR Smith, revolucionando el equipo. Pasaron de un balance de 19-16 a firmar un 33-12 desde entonces.

Y, aun así, los periodistas volvieron a afilar sus teclados para meter el dedo en la llaga de Blatt cuando LeBron, tras meter un triple antológico a los Bulls para ganar el cuarto partido de la serie, reconoció haber diseñado él mismo la jugada. Jugada, por otro lado, consistente en: “Dadme el balón. Yo ganaré el partido por vosotros”. Hay quien aún no quiere entender que los genios escapan a todo sistema dibujado en una pizarra.

Steve Kerr, por su parte, llega avalado como un nuevo genio de los banquillos. No solo ha conquistado los corazones de propios y extraños por su personalidad afable, sino que ha liderado al mejor equipo de la NBA. Ha logrado una belleza poética con su baloncesto ofensivo y, para colmo, crear una defensa tortuosa para cualquier rival. Budenholzer le robó el Entrenador del Año. Poco le importa si es él quien se calza el anillo de campeón.

 

 

Como última nota, será la primera vez que dos entrenadores novatos se enfrenten en unas Finales NBA. Exceptuando la temporada 46/47, por supuesto, la primera de la NBA. Ningún entrenador rookie ha ganado el título desde 1982, cuando Pat Riley lo levantó con aquellos míticos Lakers. Solo cuatro entrenadores han triunfado en su primera temporada: Edward Gottileb (1947, Philadelphia Warriors), Buddy Jeannette (1948, Baltimore Bullets), John Kundla (1949, Los Angeles Lakers), George Senesky (1956, Philadelphia Warriors), Paul Westhead (1980, Los Angeles Lakers) y Pat Riley (1982, Los Angeles Lakers).

De lesiones y suerte: Irving y Thompson

Los Cavaliers han tenido que dar por buena la teoría darwinista para avanzar rondas. Adaptarse para sobrevivir. Primero, incorporando piezas ahora vitales a mitad de temporada. Segundo, reajustando los sistemas tras la lesión de Love en primera ronda. La suerte es que contando con LeBron, todo acaba yendo rodado. El Rey es el centro gravitatorio sobre el que orbita el sistema de Blatt.

Pero hay dos nombres propios que marcarán los primeros compases de estas Finales. Kyrie Irving, que llegaba literalmente reventado por los cuatro costados, y Klay Thompson, con una conmoción cerebral tras el rodillazo de Ariza. Steve Kerr afirmó que Thompson estaría listo. Irving, por su parte, ha agradecido los días extra de descanso y, aunque llegará con minutos limitados – aparentemente – no jugará tan mermado como en las series anteriores.

Hasta ahora, la baja del base titular de los Cavaliers ha sido sustituida con gran acierto por la intensidad defensiva deDellavedova. Como inciso, aprovecho que hablo de él para decir que es la primera vez que dos australianos jugarán unas Finales NBA (Bogut y Dellavedova), pero ya hay dos aussie con anillo: Patty Mills y Aron Baynes (Spurs, 2014). Seguimos. La línea exterior multiplica su actividad con Shumpert, Dellavedova y LeBron, combinándose con un móvil Tristan Thompson y un Mozgov imponente.

No obstante, su ausencia resta dinamismo al ataque y crea una dependencia absoluta de LeBron. En el caso de Klay Thompson, que ha evolucionado también hasta ser un excelso defensor, la baja se apreciaría en ambos extremos de la pista para peor. No solo pierden la segunda fuente de puntos en ataque (sin incidir demasiado en la totalidad de su influencia), sino que les restará opciones atrás a la hora de alternar quintetos y liberar a Curry. Por suerte, el martes recibió el alta médica, ya que no presentaba síntomas de la conmoción cerebral.

La juventud: un desafío a la historia

Cuando llegan los Playoff la palabra ‘experiencia’ comienza a copar artículos y portadas. La veteranía, haberse fogueado en post-temporada años anteriores… Pero ahí tenemos a dos entrenadores novatos y a un conjunto por debajo de lamedia de edad histórica de los campeones NBA, situada en 28.2 años.

Los Cavaliers, la superan ligeramente (28.9) gracias a hombres como Mike Miller, Shawn Marion, James Jones o Kendrick Perkins. Pero los Warriors se quedan en una media de 27 años.

La media de edad en temporada regular fue de 26.8 años, por lo que ningún equipo podría unirse al selecto club que conquistó el anillo por debajo de la media de edad. Solo 6 equipos en la historia han logrado tal hito. El último de ellos, los Bulls de Jordan en 1991, con una media de 26.9 años, casi calcada a la de los Warriors esta temporada. Aquellos míticos Bulls, cabe recordar, llevaban un bagaje previo de varios años quedándose a las puertas de la Final.

 

 

Esta temporada, 12 equipos han estado por debajo de la media de edad. Recordamos, 26.8. De entre los 16 equipos que han disputado Playoff, cuatro equipos se encontraban por debajo. Todos ellos nuevos proyectos en auge: Bucks(24.2), Celtics (25), Pelicans (25.9) y Raptors (26.1). Los siguientes en discordia, los Warriors (27) y los Blazers(27.1).

Equipos dispares

Warriors y Cavaliers presentan dos estilos de juego dispares entre sí, marcados por la necesidad. En el caso deCleveland, necesidad por adaptarse a su cambiante entorno. En el de los Warriors, necesidad de sacar brillo a un equipo de infinito potencial. David Blatt controla el ritmo, lo adormece, anestesiándolo casi. De esta forma, oculta sus carencias imponiendo automatismos en su juego. Sus jugadores llegan a actuar por inercia en situaciones que conocen de memoria. La misma fórmula la aplicó con éxito en Maccabi y logró levantar la Euroliga hace un año.

Los Cavs han hecho buena la teoría darwinista de la que hablábamos. Superar toda adversidad. Echamos un vistazo a algunas estadísticas del ataque de los Cavaliers que, de nuevo, tomamos prestadas del artículo de John Schummann.

Cavaliers-Efficiency-Playoff-2015

Los Cavaliers llegan a las Finales como el mejor ataque en la ronda anterior (109.5 puntos/100 posesiones) y la mejor defensa (97.9 puntos/100 posesiones). Si sumamos todas las series, el equipo de LeBron gana por diferencias de 10.1 puntos, también la mejor marca de estos Playoff. El sistema de Blatt, si bien se está demostrando acertado, explota en exceso los recursos y creatividad de LeBron.

Como hemos apreciado, su usabilidad ha aumentado notablemente respecto a la temporada regular. Él es uno de los principales causantes de esta nueva versión (¿superior?) de Cleveland. Han pasado de ser el cuarto mejor ataque de la liga, por cada 100 posesiones (107.7 puntos) al mejor en Playoff (108.6). Cargan más el rebote ofensivo, logrando un 28.5% de los rebotes ofensivos totales que podrían capturar – también líderes en esta faceta – y cometen menos pérdidas (de 14.9% de balones perdidos por cada 100 posesiones, a 13.2%). Esta faceta del rebote ofensivo se ve favorecida cuando LeBron va al poste llevando a un hombre más pequeño. Una jugada casi imparable en la que el soberano decide si abrir el balón a uno de los tres tiradores del perímetro, finalizar él mismo en suspensión o con un movimiento al poste…

Warriors-Efficiency-by-round-Playoff-2015

Pero si en algo se parecen Warriors y Cavaliers es en su capacidad de reacción. Ambos han demostrado tener respuesta para cualquier planteamiento del rival. Tal vez, lo más desquiciante de su juego. Si Memphis propone un partido físico con sus pívots como ejes del juego, Kerr y Adams se inventan una defensa de Bogut sobre Tony Allen, nulo en ataque, para cerrar la pintura. Y así una y otra vez, en una riqueza táctica inaudita, imposible de analizar en el vídeo-scouting.

Golden State ha ganado con excesiva facilidad en el salvaje Oeste. Solo Memphis le planteó dificultades, sacando a relucir las mayores genialidades del staff técnico de Kerr. Puestos a prueba, golpearon sobre la mesa con autoridad. Steve Kerr dio uno de esos golpes de efecto que sus maestros – Phil Jackson y Gregg Popovich – acostumbraban a ofrecernos.

Los Warriors no anotan tanto como en temporada regular (de 109.7 puntos por cada 100 posesiones han caído a 107.3), pero son los segundos en Playoff por detrás de Cleveland. Su defensa también ha empeorado ligeramente, siempre hablando por cada 100 posesiones (de 98.2 a 98.9). Los abultados marcadores ante Pelicans y Rockets pasan factura. Se las han visto contra ataques de primer nivel, a diferencia de los Cavaliers.

Los recursos de los Warriors son casi ilimitados. Steve Kerr ha conseguido involucrar hasta al último hombre de la rotación. Cualquiera de ellos puede brillar en algún partido de la serie y decantarlo a su favor, aunque en Playoff su rotación y aportación por roles se ha vuelto más previsible. Pero Kerr les necesita a todos. Un solo elemento desequilibrante podría dinamitar la eliminatoria. El peligro que encierran sus inocentes caras hace temblar incluso al Rey.

Defender o morir

En última instancia, no podemos cerrar esta extensa previa sin hablar de la defensa. Golden State tendrá que hacer frente al jugador todopoderoso. A un hombre imparable. Brad Stevens trató de aplicar la táctica de Doc Rivers en 2012, cuando dejaron a Miami al borde de la eliminación en las Finales de Conferencia Este. Entonces, Doc forzó a James a tomar decisiones, dejándole espacio para precipitar sus tiros en lugar de hacer su juego. La ansiedad se apoderó de él, pero en el sexto y séptimo partido la bestia, frustrada, desencadenó su furioso rugido y dio la vuelta a la serie.

Stevens, consciente de enfrentarse a un LeBron mucho más maduro, probó en los dos primeros partidos con una defensa similar, adaptándola al nuevo paradigma de jugador que es hoy día. No sirvió de nada. No tenía armas suficientes para lograrlo. Pero tal vez los Warriors sí. Cabe recordar que Ron Adams estuvo en los Celtics la temporada pasada y Stevens aprendió del maestro notables tácticas defensivas como esa. No sería de extrañar que Kerr tratase de desquiciar a su majestad con planteamientos por el estilo.

Los Warriors aprovecharán su enorme rotación para desgastarle. Thompson, Iguodala, Barnes e, incluso Dray Green, se irán alternando para estar frescos. No hay equipo en la liga con su potencial. Saben adaptarse tanto al quinteto titular de Cleveland, con Mozgov, Thompson y LeBron, como a un cambio a small system, con Mozgov o Thompson como 5 y LeBron al 4. Esa polivalencia de sus aleros y de Green para jugar de 5 rotando con Bogut trae de cabeza a Blatt. Ya no puede explotar la superioridad táctica que hasta ahora tenía en el Este. Pero tener un comodín como LeBron James les sigue haciendo imprevisibles.

 

Los Cavaliers, por su parte, proponen una defensa más agresiva pero, en cierto modo, especulativa. Tendrán que volver a reajustar sistemas porque a los hombres de los Warriors no podrán dejarles crear libremente. Frente a Atlanta y Chicago sirvió una especie de defensa especulativa, no tan radical como la que plantean los Blazers habitualmente, pero sí eficaz. Su línea exterior se desgasta persiguiendo el perímetro, conscientes de su limitado protagonismo en ataque.

Gracias a esa enorme actitud defensiva y su polivalencia con los hombres grandes se permiten hacer cambios constantes en los bloqueos, ayudas y ajustes rotando por la cancha. Es la mejor forma de llegar a defender el letal perímetro de Oakland. Mozgov es un protector del aro de élite, sumamente inteligente, como Bogut. Thompson es tan versátil que puede salir a defender fuera de la zona y volver rápidamente para cerrar el rebote o hacer ayudas al ruso.

Y si esta previa ha sido tan exhaustiva (pese a que he recortado unos cuantos datos), ha sido por el hambre voraz que todos tenemos de Finales a estas alturas. Tras una semana de abstinencia forzosa, el mono nos consume. Esperemos que sirva para abrir boca antes de disfrutar el verdadero espectáculo.

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